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Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada
día, y sígame. —Lucas 9:23
El
escocés George MacDonald (1824-1905), novelista, poeta y pastor cristiano,
escribió: «Todo lo que un hombre haga sin Dios está miserablemente destinado al
fracaso… o a triunfar de una manera aún más miserable». Esta intrigante
declaración aparece en su libro Unspoken Sermons [Sermones no predicados], y
oradores y escritores actuales suelen citarla.
MacDonald
trataba el difícil tema de la negación del yo en el creyente y cómo aplicar
esta enseñanza de Jesús: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su
vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la
salvará» (Lucas 9:23-24).
En
lugar de simplemente tratar de suprimir nuestros deseos naturales, MacDonald
afirma que la verdadera negación del yo significa que «debemos ver las cosas
como [Cristo] las ve, considerarlas como él las considera; aceptar la voluntad
de Dios como la esencia misma de nuestro ser […]. No debemos pensar más: “¿qué
me gustaría hacer?”; sino: “¿qué desea el Señor viviente que haga?”».
Conseguir
solo lo que nosotros queremos es triunfar miserablemente. El éxito verdadero
está en «perder» nuestra vida por la causa de Cristo y volver a encontrarla
plena y libre en su voluntad.
—DCM
Un espíritu
humilde y generoso precede a un andar con Dios más íntimo y más profundo.
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