Demasiado bendecido
Lectura: Salmo 107:1-8
Alaben la misericordia del Señor, y sus maravillas para con los hijos de los hombres. —Salmo 107:8
Alaben la misericordia del Señor, y sus maravillas para con los hijos de los hombres. —Salmo 107:8
En mi
viaje diario a la oficina, tengo muchísimo tiempo para leer… me
refiero a las calcomanías en los automóviles. Algunas son desagradables, otras
ingeniosas, e incluso otras, directamente de mal gusto. Sin embargo, una que vi
hace poco desafió sutilmente mi corazón sobre la manera en que suelo enfrentar
la vida. Decía simplemente: «Demasiado bendecido como para quejarme»..
Debo confesar
que me sacudió meditar en esas palabras. Con suma frecuencia, me encuentro
lamentándome por situaciones que no salen como quiero, en vez de concentrarme
en los regalos maravillosos que mi Padre celestial me ha dado. Aquel día, la
lectura de ese sencillo mensaje me llevó a renovar mi compromiso de dar gracias
en forma voluntaria y constante porque mi Dios ha sido bueno conmigo más allá
de lo que puedo enumerar.
El Salmo 107
es una canción que procura corregir una mentalidad desagradecida. El salmista
(que muchos piensan que fue el rey David) hace un llamado a los corazones
enfriados a causa de la ingratitud, para lo cual repite en cuatro ocasiones:
«Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos
de los hombres» (vv. 8, 15, 21, 31 lbla). Incluso en los peores momentos,
tenemos mucho que agradecer. ¡Aprendamos a dar gracias a Dios por su bondad
para con nosotros!
—WEC
No necesitamos más para ser agradecidos, sino
simplemente agradecer más.
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