Lectura: Lucas 12:13-21
… Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. —Lucas 12:15
… Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. —Lucas 12:15
A algunas
personas les encanta salir de compras. Tienen un deseo permanente de comprar,
comprar, comprar. El frenesí de encontrar la mejor oferta es un fenómeno
global. En todas partes del mundo, hay enormes centros comerciales. El
incremento de las compras en tiendas y por Internet lo demuestra.
Comprar puede
ser divertido. Sin duda, no tiene nada de malo tratar de hacer un buen negocio
y disfrutar de lo que Dios nos ha dado. Pero cuando obtener bienes materiales
se convierte en una preocupación, perdemos el objetivo.
Jesús desafió a sus oyentes con estas palabras:
«Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en
la abundancia de los bienes que posee» (Lucas 12:15). Después, relató una
parábola sobre un hombre «que hace para sí tesoro», pero al que no le interesa
su relación con Dios (v. 21).
¿Cómo podemos
estar satisfechos con lo que tenemos y no preocuparnos por acumular más? Aquí
hay algunas sugerencias: Considerar los bienes materiales como regalos de Dios
para que los usemos sabiamente (Mateo 25:14-30); trabajar con dedicación para
ganar y ahorrar dinero (Proverbios 6:6-11); dar para la obra del Señor y a los
necesitados (2 Corintios 9:7; Proverbios 19:17); y recordar siempre ser
agradecidos y disfrutar de lo que Dios da (1 Timoteo 6:17).
—HDF
Ser rico en Dios es muchísimo mejor que
enriquecerse con posesiones.
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